Hola a todos y todas,

Mucho tiempo ha desde que escribimos la última entrada, que además coincide con el comienzo de nuestro nuevo huerto carpesano, y es que a pesar de nuestras renovadas ilusiones por la horticultura fraternal, hemos dejado de lado al blog. Así pues, a nuestros escasos, pero sin duda, entusiastas seguidores, mil perdones... ya estamos de vuelta ;)

Bien, y después de tanto tiempo, ¿qué decir? Por ahora, creo que lo mejor, son pequeñas pinceladas que os ilustren la nueva situación, así como la nuevas sensaciones.

Nuestro pequeño rincón verde y sabroso reposa en plena Horta Nord de València, sacia su sed con las aguas del Turia y se nutre de los cuaternarios y pardo oscuro sedimentos litorales. No hay mucha sombra, así que sobre todo ahora, en plena estación estival, es recomendable ir muy pronto por la mañana o bien esperar a la bajada del Sol. En esta última, se puede disfrutar de un desfile amalgamado de colores que van surcando el cielo a la vez que tiñen de diferentes luces las hojas de tomateras, berejenas, pimientos, calabacines, judías y cebollas. Es un lugar tranquilo y silencioso, lleno de paz. Supongo que por ello, es fácil perder con facilidad la noción del tiempo, y es que en el huerto, la vida se para a respirar.

En él ocurren muchas y nuevas cosas a cada momento. A veces vas y  las plantas han crecido descontroladamente en lo que parece una conspiración verde, otras te encuentras con que alguna se ha mustiado como si fuera un alma en pena, a los escarabajos y las chiches parece que no les imponemos demasiado respeto, a pesar de nuestro papel de verdugos, y en la contrucción de nuestra cabaña para las tomateras, inventamos la arquitectura cubista, que quién sabe, quizás tenga un gran éxito cuando colonicemos Marte. 

Y para acabar, un soplo de aire infantil, ¿quién recuerda esta canción?

"Pachín, pachín, pachín, 

a Garbancito no piséis.

Pachín, pachín, pachín, 

mucho cuidado con lo que hacéis".
 

Y aunque, como nosotros, la mayoría de los garbanzos son únicos, algunos tienen a su alma gemela...